jueves, 9 de enero de 2014

Cómo perderse en un mar de lágrimas

Es más de medianoche, miro mis manos. Las veo tan deformes, tan extrañas, tan sin ti. ¿Será que solo fue el amor de una noche? 

Sé que la pregunta no tiene nada que ver con lo que he dicho pero no puedo evitar mencionarlo. Pienso en las cosas que debo hacer, pienso en ti. Pienso en cómo organizo mi vida, pienso en ti. Pienso en la maldita soledad, pienso en ti. Pienso, pienso, pienso.

Me acabas, ¿sabes? Me aturdes, ¿sabes? Me pongo a llorar, ¿sabes? Son estas noches vacías las que me hacen dar cuenta que te necesito. No solo porque quiero amor, sino por ser tu. Tu forma de respirar, de ser, de vivir, de hablar, de como tu corazón late, de la forma en que gritas, de tu mirada tan confundida pero dulce. Tienes ese brillo que busque tanto tiempo.

Una noche. Solo una te pude sentir mío.

Caminar, hablar, gritar, besar, abrazar, tontear. 

Una noche.

Me siento sola, después de tanto tiempo, me siento sola. Porque ahora sí amé, ahora sí pensé en él. 

Ojalá me case contigo, lo digo sin miedo porque no me gusta ocultar más lo que siento. Ojalá me case contigo, así nosotros seremos felices como buenos amigos enamorados. Ojalá me case contigo, para tener unos bellos hijos que podremos amar juntos.

Yo te amo y lloraré por ti esta noche.

2 comentarios: