domingo, 24 de febrero de 2013

Primero: Encuentro

Caminando por las calles del Mar de Plata, siento la brisa en cada poro de mi cuerpo y mis piernas tienen ese ligero movimiento de nerviosismo que todos podemos sentir cuando estamos en el campo de lo desconocido. Avanzando a un ritmo normal me percato que el café está a unas 2 o 3 cuadras y mi velocidad empieza a disminuir hasta el punto de quedarme completamente parada sin ganas de avanzar.

Al frente se puede ver a un hombre de cabello marrón casi oscuro pero por los rayos del sol que habían en ese día (algo muy fuera de lo común) parecía más claro de lo normal. Y sí, Mailen estaba 100% segura que era Aaron. Él estaba mirando a todos lados para poder encontrarla, estaba totalmente blanco con un polo plomo, un jean muy casual y sus zapatillas verdes oscuras. 

En mi mente se encuentran muchas dudas cómo: ¿Debo verlo? ¿Es seguro? ¿Estará bien? 
¿Y si cae un rayo justo a los dos? ¿Y si luego de un trayecto tan largo, él decide marcharse justo cuando ya tome valor? En fin, yo tuve que decidir y caminé rápido hacia él y cuando estaba a un paso me detuve.

Lo miré. Me miró.

Me enamoré.

Nuestra conversación fue muy amena, me contó muchas cosas y yo le abrí mi corazón con cada palabra que le pronunciaba y cada historia que le contaba.

-Hola, soy Mailen, ¿Aaron?
-Sí, hola, debo admitir que estaba nervioso pero ahora, al verte, estoy más tranquilo.
-Aaron, yo creo que estoy mucho más nerviosa.
-Por lo menos, ya sabemos que los dos estamos nerviosos. ¿Entramos?
-Sí, vamos. 

Entramos al lugar y se sentía un clima muy cálido, un olor a café espectacular, tranquilo, lleno de personas que hablaban y sonreían. Me dijo que me sentara y esperara ya que me iba a sorprender. Debo admitir que Aaron me hacía sentir muy especial.

-Ya está, espero que te guste.
-Gracias, no es necesario que hagas estas cosas, yo recién te conozco.
-Lo sé, pero Noemí dice que eres una gran persona y quiero conocerte, mi vida ha sido complicada y creo que es el momento preciso para darme una oportunidad de ser feliz y espero que ahora sí tenga suerte.
-¿Qué has dicho? ¿Ahora sí tener suerte? Que increíble eres, Aaron, eso escribí justo hoy. 
-¿De verdad? Bueno por lo menos estamos en el mismo momento juntos.
-Calma, es solo algo pequeño.
-Para mi es grande.

Y  así la conversación fluía, Aaron quería que ella fuera feliz y que estuvieran perfectos. Ya que él ya sabía quien era Mailen, la vio en una clase de Arquitectura hace unos 6 meses. Pero él siempre ha sido temeroso, ahora se estaba dando la oportunidad de conocerla y que ella quiera conocerlo.  

Llegó las 12 am y Aaron hizo la sorpresa más grande que Mailen pudo haber imaginado.

El 7 de diciembre del 2012, Mailen fue, por fin, FELIZ.

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